Abrir el diálogo con la fiesta de muertos
José Antonio Robledo y Meza
Sólo venimos a dormir, sólo venimos a soñar:/ no es verdad, no es verdad que venimos a vivir en la tierra. / En yerba de primavera venimos a convertirnos: / llegan a reverdecer, llegan a abrir sus corolas nuestros corazones, / es una flor nuestro cuerpo: da algunas flores y se seca. / ¿Conque he de irme, cual flores que fenecen? / ¿Nada será mi nombre alguna vez? / ¿Nada dejaré en pos de mí en la tierra? / ¡Al menos flores, al menos cantos! / ¿Cómo ha de obrar mi corazón? / ¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar en la tierra? / En vano nací, en vano vine a brotar en la tierra: / soy un desdichado, aunque nací y broté en la tierra: / digo: ¿Qué harán los hijos que han de sobrevivir?
Poema náhuatl
A pocos días del inicio de la fiesta de los muertos en este año del 2025, vamos a reflexionar sobre ella. La fiesta de muertos mexicana es un evento que se viven de múltiples formas. Forman parte de la vida de quienes durante octubre y noviembre celebran la muerte con flores, ofrendas, aromas, comida, arte, artesanías embravecimientazos, versos, caricaturas, refranes, y música, mucha música. Así, paradójicamente, la fiesta de muertos tiene que ver con la vida, con un estilo de vida.
Por medio del lenguaje los humanes somos capaces de expresar nociones, ideas, emociones lo que hace posible la consciencia y es en este momento, que aparece la problemática de la muerte, a la vez como angustia y como alegría. La muerte es un tema de la humanidad. El mito y el rito sobre la muerte son importantes en la cultura mexicana, sus características al ser conocidas y practicadas en otras culturas, incrementa su universalidad en su carácter cosmológico.
El mexicano hace de la muerte un puente que le permite adentrarse al mundo del pensamiento complejo, que reconoce que estamos construidos de prosa y poesía. La fiesta de muertos es como paradoja un fenómeno absolutamente normal, es el momento en que al levantar una ofrenda el mexicano entra en lo desconocido o en el misterio de las cosas: es construir el mito de una vida después de la muerte. Los muertos vuelven a la vida a disfrutar de las viandas colocadas en la ofrenda, es un instante en el que los vivos se integran a un futuro inevitable: la muerte.
La fiesta de muertos en México es sobre todo un mito de la vida después de la muerte; como rito es un canto a la vida. La fiesta de muertos está en los días de celebración no solo para colmar el vacío de la muerte, sino para colmar el misterio de la vida. Todos los difuntos están invitados a participar, pero hay fechas especiales en las que van llegando las almas de las personas fallecidas:
Perros, gatos y mascotas: 27 de octubre
Personas que tuvieron una muerte trágica: 28 de octubre
Personas que murieron ahogadas: 29 de octubre
Almas de niños que no fueron bautizados o que no nacieron: 30 de octubre
Personas que ya fueron olvidadas: 31 de octubre
Día de Todos los Santos; se suele recordar a todos los niños que murieron: 1 de noviembre
Día de los Fieles Difuntos: 2 noviembre
Por la fiesta de muertos es que los mexicanos trascendemos la trivialidad de los fenómenos circunscritos en el tiempo y el espacio, es vivir en la paradoja de la vida-muerte que hace posible que el todo en el tiempo (pasado-presente-futuro) se haga actual y al mismo tiempo el presente está en el todo. En cada mexicano, la presencia de la fiesta de muertos, hace posible la conjunción del tiempo que define el infinito.
El mito y el rito de los muertos hacen de la fiesta algo más que meras organizaciones de conductas y creencias. La fiesta de muertos es, paradójicamente, un fenómeno dotado de vida. Son mito y rito producidos colectivamente. Quienes creen y actúan en la fiesta de muertos se convierten, al celebrarlos, en medios de sustento que alimentan tanto al mito como al rito.
La socialización de la fiesta de muertos a lo largo y ancho del planeta ha hecho posible construir un conjunto de rasgos propios de individuos y colectividades que asumen una identidad que les permite mostrar una conciencia comprometida con el Universo y con lo humano, su relación con el Universo y el hombre.
La respuesta tanto del mito como del rito de la fiesta de muertos es un “sistema de ideas”, en tanto que “organizaciones” sobre la experiencia de la vida y de lo que es posible haya después de ésta.
El mito de la fiesta de muertos está para colmar vacíos e interrogantes. Lo hace mediante el lenguaje privilegiado del diálogo y la comunicación. Lo tangible de la muerte nos abre posibilidades ante lo efímero de nuestra vida.