La democracia necesita además de partidarios, críticos


José Antonio Robledo y Meza


En México los ciudadanos pueden dividirse entre los que están a favor de la Cuarta Trasformación, los que están en contra y los que se mantienen suspensos. Si bien la Cuarta Trasformación tiene la ventaja de permitir que los ciudadanos vivan sus propias vidas y no obedeciendo a ninguna pauta común si así lo deciden, muchos opositores se sienten ofendidos y desalentados por lo amorfo de la espontaneidad y por la falta de propuestas de sus representantes formales.


Entre los opositores predominan quienes no tienen una doctrina positiva que defender y si han de elegir entre la justicia social y la derrota, rechazan la justicia social. Vanamente han intentados contener la corriente de la historia manifestándose intransigentes e inflexibles, cegados por su falta de ideas, tronando maldiciones contra la esperanzadora nueva época cuyos beneficios son demasiados obstinados para ver y demasiados endurecidos para sentir.


El PRIAN es una oposición que no ha comprendido que su rechazo está más que justificado, son una fuerza ya agotada. No habla lenguaje alguno, ni del pasado ni del presente. En los hechos simplemente se opone a la democracia, aunque diga defenderla. Su postura antidemocrática no tiene futuro. Su actitud mental, tiende a no ejercer influencia inmediata, no la conducen a ganar elecciones. A sus propios ojos, la tarea consiste en destruir todo lo que en los últimos años se ha edificado.


El avance de la Cuarta Transformación es algo que la oposición siempre tiene presente al igual que la figura de Andrés Manuel Obrador. El éxito del presidente López Obrador ha transformado al PRIAN en un enemigo de todo lo que es democrático, idealista, de todo lo relacionado con las ideas, de todo lo que tiene que ver con los desarrollos impulsados por la Cuarta Trasformación. Cuando el PRIAN Habla de López Obrador, habla de él casi como si fuese su enemigo personal, hablan sin sentido crítico.


La mayoría de quienes apoyan la Cuarta Trasformación creen que la democracia es deseable, que la libertad es mejor que la esclavitud, que vivir bajo el derecho es mejor que vivir bajo el yugo de los privilegios, que una sociedad igualitaria es mejor que otra donde prevalezca la discriminación, el clasismo y el racismo. Los comprometidos con la Cuarta Trasformación son los más convencidos de que la ciencia de la naturaleza humana se puede desarrollar no menos que las otras, que se puede dar respuesta a las preguntas políticas y éticas siempre que sean auténticas.


Los que se han integrado a la Cuarta Trasformación durante un poco más de un lustro, tanto en las esferas del conocimiento como en las de la acción, tienen la convicción de que su unión y talante crítico habrá de conducirlos a triunfos más extraordinarios. Esto es la creencia invencible de los participantes activos en la Cuarta Trasformación, el temple y la actitud de la mayoría de los mexicanos.