Sócrates el delincuente
José Antonio Robledo y Meza
La importancia de Sócrates en la historia del pensamiento crítico le viene no sólo de él mismo sino también de los delitos que cometió. Los delitos que ejecutó son de importancia fundamental. Así pues, este no es texto sobre Sócrates. El filósofo entra sólo como catalizador. Sócrates abrió heridas intelectuales y sociales al alterar lo que el orden en su tiempo imperaba. Sócrates destruyó un orden para que se construyera otro.
Platón en la Apología de Sócrates ofrece una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa en el juicio, ante los tribunales atenienses. Sócrates en su alegato rechaza dos tipos de acusaciones diferentes: los viejos cargos de que es 1) un criminal y 2) un curioso que pregunta hasta al cielo y la tierra; y las más recientes imputaciones legales de 2) corromper a los jóvenes y 3) de creer en cosas de su propia invención, en vez de los dioses de la polis.
Sobre las viejas acusaciones -cargos informales- Sócrates afirmaba que eran el resultado de años de rumores y prejuicios y, por lo tanto, no pueden ser respondidos. Sin embargo, los reformula así: "Sócrates comete delito al investigar los fenómenos celestes y subterráneos, debido a que convierte el argumento más débil en el más fuerte, instruyendo esto a otros, y sin creer en los dioses, es decir, es ateo".
En los discursos de sus acusadores y de Sócrates, orden y desorden conceptual y social, están entrelazados. Los discursos ofrecen un punto de partida común: la ruptura del orden existente, la quiebra de las relaciones sociales aceptadas merced a la irrupción del filosofar en la escena social. En los discursos atribuidos a Sócrates a lo largo de los Diálogos platónicos, encontramos -en un plano más concreto- un ejemplo contundente de que todo filosofar implica: la desaparición o puesta en duda del sistema de seguridad que la vida social presupone.
Leer la Apología de Sócrates nos ayuda a responder a las preguntas ¿qué hizo para abrir el horizonte conceptual?, ¿cómo pudo hacerlo? Esta segunda pregunta es la cuestión primordial del filosofar hasta el punto que la primera pregunta pierde relieve ante la definición del proceso que implica la segunda. El filosofar, en este sentido, supone el estudio y la investigación del orden existente. Sin orden y sin filósofo, que estudia e investiga, no puede haber filosofar, no puede haber alteración del orden.
Los discursos de Sócrates continúan desenvolviéndose en un espacio abierto y un tiempo ilimitado porque su función es, aún en nuestros días, la creación de alternativas al orden conceptual existente y esto pasa por romper los espacios de seguridad sociales que hacen posible la descomposición y la enajenació; modificar el horizonte conceptual fue el crimen de Sócrates.
Sócrates fue el ingrediente primario de su propuesta filosófica por su relación directa con el factor característico de este tipo de acción: el razonar, el especular. El filosofar relaciona estrechamente dos elementos: el razonar filosóficamente, producto del estudio y la investigación, y el filósofo que es el que los conduce. Por lo tanto, filosófica será toda especulación razonada en la que se da un proceso de estudio e investigación y de que hay una persona encargada de llevar a cabo dichas actividades, ya sea mujer o varón, y que produce un sistema conceptual original. La fuerza de la reflexión socrática se mantiene a lo largo del tiempo a pesar de que sus mensajes se formularon sin escribir una sola línea. En otra ocasión diremos algo sobre la complicidad de Platón en la construcción de la tradición socrática. Por ahora diremos que es a partir de Platón, que la literatura filosófica agrupa aquellas obras de ficción en las que se produce una alteración del orden establecido, es decir, una ruptura del orden cotidiano, un quebrantamiento de la ley, resultado del estudio e investigación del filósofo.
Para terminar, señalamos que el objetivo del filosofar de Sócrates fue la creación de dos nuevos órdenes: uno el orden conceptual por medio de la lógica, la verdad formal, y dos un orden social por medio de la justicia y la belleza. Sócrates distinguió entre la legalidad y la idea de justicia, que atiende a una noción ético-moral. Sócrates al criticar el mundo vigente y satisfacer necesidades básicas se situó fuera de la historia.